LA TEORÍA DE LA ACCIÓN RAZONADA: ¿POR QUÉ ACTUAMOS COMO ACTUAMOS?

La Teoría de la Acción Razonada (Theory of Reasoned Action, TRA), desarrollada por Martin Fishbein y Icek Ajzen en 1975, representa uno de los modelos más influyentes dentro de la psicología social aplicada al estudio del comportamiento humano. Su propósito es explicar cómo y por qué las personas deciden llevar a cabo ciertas conductas, partiendo de un marco racional y deliberado.

Un modelo de decisión racional

En el corazón de la TRA se encuentra la idea de que la conducta humana es, en gran medida, el resultado de una intención conductual formada racionalmente. Esta intención —es decir, el grado en que una persona está dispuesta a realizar una acción— es el mejor predictor del comportamiento real. Pero ¿qué determina esa intención? La teoría identifica dos componentes fundamentales:

  1. Actitud hacia la conducta
    Se refiere a la evaluación personal del comportamiento, basada en creencias sobre sus consecuencias. Esta actitud es el resultado de una valoración ponderada de:
    • Creencias conductuales: percepciones sobre los resultados esperados de la acción.
    • Evaluaciones de esos resultados: valoraciones positivas o negativas de tales consecuencias.
    Por ejemplo, si una persona cree que donar sangre salva vidas (creencia) y considera eso altamente positivo (evaluación), tendrá una actitud favorable hacia esa conducta.
  2. Norma subjetiva
    Este componente alude a la presión social percibida para ejecutar o no la conducta. Está determinada por:
    • Creencias normativas: percepciones sobre lo que otros importantes (familia, amigos, figuras de autoridad) piensan que uno debería hacer.
    • Motivación para cumplir con esas expectativas.
    Por ejemplo, si una estudiante cree que sus padres y profesores valoran el estudio constante, y ella quiere cumplir con esas expectativas, su norma subjetiva apoyará esa conducta.

Fórmula general del modelo

Aunque no se presenta como una fórmula matemática rígida, el modelo puede conceptualizarse como:

Intención conductual = (Actitud hacia la conducta) + (Norma subjetiva)

A mayor intención, mayor probabilidad de que la conducta ocurra, siempre que no existan impedimentos externos significativos.

Límites y evolución: hacia la Teoría del Comportamiento Planificado

Uno de los principales cuestionamientos a la TRA fue su suposición de control total sobre la conducta, es decir, que si alguien quiere hacer algo, simplemente lo hace. Esto excluye situaciones donde existen barreras externas (como recursos, tiempo, habilidades) o internas (como ansiedad, impulsividad, hábitos arraigados).

En respuesta a estas limitaciones, Ajzen propuso en 1985 la Teoría del Comportamiento Planificado (Theory of Planned Behavior, TPB), que añade un tercer componente: el control conductual percibido. Este factor representa la percepción del individuo sobre su capacidad para ejecutar el comportamiento, y puede influir tanto directa como indirectamente sobre la conducta.

Aplicaciones prácticas

La TRA ha sido aplicada ampliamente en contextos como:

  • Salud pública: para predecir conductas como el uso del condón, la vacunación o el abandono del tabaco.
  • Marketing y comunicación: para comprender cómo las actitudes y normas sociales influyen en las decisiones de consumo.
  • Educación: para promover hábitos de estudio y prevenir conductas de riesgo entre adolescentes.
  • Cambio de comportamiento organizacional: especialmente en procesos de liderazgo, gestión del cambio y cultura corporativa.

Ejemplo aplicado

Supongamos que una institución desea fomentar el reciclaje entre sus empleados. Según la TRA, la estrategia más efectiva implicará:

  • Modificar las creencias conductuales: resaltando que reciclar reduce el impacto ambiental y mejora la imagen institucional.
  • Fortalecer las evaluaciones positivas: mostrando beneficios personales, como incentivos o reconocimiento.
  • Aumentar la presión normativa: generando una cultura donde compañeros y supervisores valoren activamente esta práctica.

Reflexión final

La Teoría de la Acción Razonada destaca el papel de la intencionalidad racional y socialmente informada en el comportamiento humano. Nos recuerda que, aunque no siempre somos perfectamente lógicos, nuestras conductas suelen estar profundamente influenciadas por nuestras actitudes y por lo que creemos que esperan los demás.

Comprender estos mecanismos no solo permite analizar el comportamiento con mayor precisión, sino también intervenir estratégicamente para facilitar el cambio conductual, desde la política pública hasta la psicoterapia individual.

Referencias bibliográficas

  • Ajzen, I. (1985). From intentions to actions: A theory of planned behavior. In J. Kuhl & J. Beckmann (Eds.), Action-control: From cognition to behavior (pp. 11–39). Springer.
  • Ajzen, I., & Fishbein, M. (1980). Understanding attitudes and predicting social behavior. Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall.
  • Fishbein, M., & Ajzen, I. (1975). Belief, attitude, intention, and behavior: An introduction to theory and research. Reading, MA: Addison-Wesley.
  • Montaño, D. E., & Kasprzyk, D. (2015). Theory of Reasoned Action, Theory of Planned Behavior, and the Integrated Behavioral Model. In Health Behavior: Theory, Research, and Practice (5th ed., pp. 95–124). Jossey-Bass.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *